La exposición itinerante «La fe bajo la prueba de fuego», creada por la fundación Arnold-Liebster, fue presentada por primera vez el 14 de enero de 2006 en el Museo del Holocausto en Florida
La exposición se compone de 12 paneles que relatan las persecuciones afligidas a los Testigos de Jehová en los oscuros días del nazismo y desgranan las valientes vidas de estos pacíficos resistentes. Acosados, amenazados de muerte, a menudo encerrados en campos de concentración (o en correccionales para los más jóvenes), estos « Estudiantes de la Biblia » (como se llamaban entonces los Testigos de Jehová) consiguieron a pesar de todo seguir siendo fieles a sus convicciones.
A la víspera de la segunda guerra mundial, la comunidad de los Testigos de Jehová contaba con alrededor de 35 000 miembros en Alemania y en los países anexados. Fueron perseguidos, aprisionados o deportados a campos de concentración principalmente por su negativa a saludar mediante el « Heil Hitler », de participar en manifestaciones nazis o tomar parte en la guerra. Era el único grupo religioso al que los Nazis habían atribuido un signo distintivo, un triángulo púrpura, que los detenidos debían llevar cosido sobre su uniforme rayado.
Desde los años 30 del siglo pasado, las publicaciones de los Testigos de Jehová denunciaban la existencia de los campos de concentración y de las condiciones que allí reinaban. Así que, desde 1937, un número de la revista Consolación (Trost en alemán) mencionaba experiencias realizadas con gas toxico en el campo de Dachau. Al año siguiente, otro número de Trost tuvó como portada el título « Schrei aus dem Konzentrationslager » (« Grito procedente del campo de concentración ») con la imagen de un detenido llamando tras la alambrada (Trost del 15/02/1938, impresa en Berna. La reproducción ampliada de su página de cobertura figura sobre la foto arriba, a la izquierda).