« (…) una gran parte de las personas lo ignora todo sobre el destino de los Testigos de Jehová de esta época.
Sin embargo, sobre los 25 000 adeptos de esta comunidad religiosa, 10 000 fueron encarcelados por un periodo más o menos largo bajo el « Tercer Reich ». De los 2000 internados en los campos, 1200 murieron o fueron asesinados. Aproximadamente 250 de entre ellos fueron ejecutados por su negativa a servir a la bandera. Los Testigos de Jehová fueron « combatidos con dureza despiadada » – Eso es un hecho.
Su comportamiento no atrajo solamente la atención de sus compañeros de arresto, también la de los investigadores y historiadores. Friedrich Zipfel encontró la mejor formula. Según él, la persecución nazi de los Testigos de Jehová « [constituye] un caso completamente singular ». Detlef Garbe también resalta ciertas « particularidades significativas » de aquella persecución, he aquí las más importantes :
- Los Testigos de Jehová estuvieron entre los primeros en ser perseguidos.
- Eran inquebrantables y estaban unidos en su resistencia al nacionalsocialismo.
- El « triangulo púrpura » los estigmatizaba y los ponía a parte, con relación a otros grupos de los campos.
- Eran de lejos los más numerosos a ser condenados por los tribunales militares por su negativa de servir a la bandera.
Otra característica completará esta lista: las prisioneras Testigos de Jehová eran mayoritarias en los campos de Moringen, de Lichtenburg y, hasta 1939, de Ravensbrück. … »
Cita de la introducción, de Hans Hesse*, en : Persécution et résistance des Témoins de Jéhovah pendant le régime nazi 1933-1945 ; Editions Schortgen – Luxembourg – 2005, p.12.
* Historiador alemán universitario, autor de obras de investigación profundas sobre la persecución nazi de los gitanos (sinti-rom) y de los Testigos de Jehová, así como sobre la historia del campo de concentración de Moringen.
