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Georg y Hanna Schmidt

Georg y Hanna Schmidt

Georg, el hijo de Hermann y Frieda Schmidt nació el 2 de enero, 1925 en Schreibendorf, cerca de Brieg en Silesia. Su hermana Hanna nació en Diciembre de 1926. Su niñez fue feliz hasta 1935. Se divirtieron mucho criando y ayudando en su jardín-mercado. Sin embargo, su vida tranquila terminó bruscamente poco después de que tomó poder el régimen nacional socialista. Los niños recibían burlas los llamaban “Bibelforscher Bibelforscher”. Cuando su padre fue encarcelado en la prisión de Öls, los acosaron diciéndoles “Tu padre es un convicto.” Los maestros de la escuela, donde se enseñaba aproximadamente a cien niños, eran miembros del partido, así que, se ejerció más presión sobre los niños. El saludo alemán pronto vino a ser obligatorio. Los que rehusaron decir el saludo “Heil Hitler” se convirtieron en enemigos públicos. Un maestro ejercía una constante presión sobre los niños por medio de humillaciones y palizas.

Durante un corto período de tiempo entre el encarcelamiento de su padre en 1938, el hijo de 13 años se bautizó. El 4 de abril de 1938, un poco después de su bautismo, un carro se detuvo en frente de la propiedad de la familia. Dos hombres de la Gestapo bajaron del carro con una orden judicial. Los derechos paternales habrían de ser quitados de ellos y los niños serían enviados a hogares provistos por el estado. Fue desgarradora la separación. Se le obligó a la madre a empacar rápidamente unas pocas mudas de ropa y los niños fueron arrancados literalmente de su lado. Desconocían el destino de su viaje. El tren los llevó a Breslau en Silesia, el lugar donde se separarían unos de otros.

Hanna fue entregada a una familia donde tenían una tienda en la que vendían al por mayor en Obsendorf en el distrito administrativo Neumarkt en Silesia. Hanna, de once años, trabajaba allí diariamente desde temprano por la mañana hasta entrada la noche. Su educación escolar no tenía prioridad. No se le permitía contacto alguno con el resto de la familia, ni le entregaban las cartas recibidas.

Georg acabó con un agricultor en Eichensee, el distrito Militch en Silesia. Temprano por la mañana, antes de caminar unos 45 minutos a la escuela, tenía que darle de comer a 40 cerdos. Hacía lo mismo al regresar de la escuela. Su guarda nombrado fue su maestro. Se le sometió con regularidad a palizas brutales, embustes y humillaciones tanto en la escuela como en la granja.

Todo contacto con su familia estaba terminantemente prohibido. Ambos hermanos vivían separados 100 kilómetros uno del otro. Tenían poca información acerca de su madre. Sola una vez recibieron carta de ella desde la cárcel que contenía tres líneas. Ningún correo salió del campo de concentración.

Después de graduarse de la escuela, Georg quiso trabajar de aprendiz en horticultura. Sin embargo, la Oficina de Protección de Menores le informó que con su actitud, él no llegaría ser más que un simple jardinero.  Durante su aprendizaje tuvo que presentarse mensualmente ante la Oficina de Protección de Menores, para que examinasen su actitud de rebeldía.

Los niños nunca se opusieron al régimen. Su deseo de vivir la vida como cristiano fiel estaba profundamente anclado en sus corazones.

Véase también : Hermann y Frieda Schmidt (sus padres)